El artista llegó a los seis años a vivir al valle, por lo que se considera salamanquino. Actualmente tiene treinta años y se dedica a promover el folclore y la cultura en distintos ámbitos.

Los inicios de Pablo fueron cuando tenía sólo diez años. Comenzó en el área musical interpretando canciones religiosas en misas. Posteriormente se insertó en la danza folclórica y al entrar a la universidad, decidió que quería investigar y pulir sus conocimientos en relación a todo lo que tenía que ver con el folclore.

En relación a su proceso creativo, el artista comenta que es bastante amplio. Todas sus actividades están ligadas al folclore. Aquí destaca la confección de vestuarios para varios grupos musicales de la zona que realizan presentaciones en distintos eventos. “Se va creando un cúmulo de cosas, donde al final el folclore es transversal. Pasa por distintas partes, por lo que hoy en día la cueca se canta, se baila y se viste”,

Respecto a esto, el artista comenta que en el año 2015 se le presentó la oportunidad de dedicarse a interpretar cueca en el grupo llamado Antología chilena, dirigido por Ariel Pacheco. Para Pablo, este fue un proceso muy significativo, ya que lo inspiró para trabajar en su proyecto y actual pyme “Lybonchic, Colección Mujeres Chilenas”. “Mi emprendimiento está enfocado en entregar cultura a través de los productos que nosotros mismos hemos creado con mi socia. Hoy en día estamos promoviendo a las mujeres chilenas, las etnias de nuestro país desde la primera infancia, con productos para niños y para adultos, que quieran pensar en un lindo regalo y con sentido”, comenta el artista.

Respecto a la cultura actualmente, Pablo considera que debe quedar una moraleja en relación al valor que tiene el arte en todas sus expresiones. “El arte siempre se está manifestando, por eso creo que tiene que ser mucho más valorado. Hoy en día estamos tan oprimidos y el arte es la única carta para poder expresarse, dar a conocer lo que vives y lo que estas pasando. El arte es como los músicos del Titanic literalmente, porque el arte está para poder entregarte terapia, consuelo y alivio. Por eso, no se puede mirar por encima del hombro”. En ese sentido, pablo espera que desde las autoridades y las personas con más poder adquisitivo en relación a la cultura, puedan aportar para que la cultura y el arte en general de cada lugar, pueda mirarse con dignidad.