Pancho Valdivia nació en Illapel. Desde muy pequeño comenzó a componer, construir y crear espacios para el desarrollo artístico. Actualmente el artista tiene un taller de arte llamado Taucán, donde el principal objetivo es crear arte a través de la música, pintura, murales, arreglos florales y la danza.

Francisco desarrolló su conocimiento artístico viajando a distintos lugares. Comenzó en el Valle del Choapa, luego viajó a Bolivia, Perú, Ecuador, Europa y Argentina. Aquí tuvo la oportunidad de compartir con artistas de alto nivel como Mercedes Sosa, Adia Ramírez, entre otros. Finalmente, Pancho Valdivia estudió ocho años Etnomusicología en la Universidad de Neuchatel ubicada en Ginebra, Suiza. Fue posterior a sus estudios, cuando realizó su taller propio.

En relación a su proceso creativo, el artista comenta que siempre ha observado que cuando uno nace con alguna “condición”, va sintiendo sensaciones que otras personas alrededor no sienten. “No quiere decir que esto defina quien es un artista. Pero cuando uno es pequeño va imitando el canto de los pájaros, el sonido del agua, escuchas la naturaleza, se va incorporando y llenándose de sonidos a medida que uno avanza en la vida. La idea es poner estos conocimientos a disposición de los demás para ver si otros escuchan y sienten lo que uno va experimentando”.

Respecto a esto, Francisco considera que el arte debe ser un acto solidario. No obstante, siente que muchas veces es difícil encontrar a otros artistas que sean generosos con sus conocimientos y que quieran enseñar lo que saben. “Todos creemos que aportamos, pero somos pocos los que decidimos compartir nuestros espacios y conocimientos. Todos quieren ser mejor que el resto ya que muchos tienen una mirada única sobre el arte supuestamente. El arte es de todos los seres humanos en la medida de que seamos conscientes, en que somos un eslabón que une a otro eslabón”.