Claudio Araya Villalonga se dedica hace 25 años a la literatura. Además, fue músico durante cuatro décadas, donde tuvo la posibilidad de trabajar en la radio. 

Antes de comenzar en el mundo de la escritura, el artista trabajaba como funcionario público. Sin embargo, la influencia de su amigo Mario Ramos Figueroa lo inspiró para iniciar su trayectoria. Mario dirigía una revista literaria de  la época, y había leído los escritos de Claudio. Se llevó algunos de sus trabajos, pidiéndole que por favor presentara uno de sus cuentos. Fue así, como el escritor comenzó de manera continua a hacer trabajos literarios, accediendo a fondos del estado, regionales de Coquimbo, entre otros.

El escritor en el año 2005, fue ganador del Fondo para la Cultura (CORE), destacando su edición del libro “Choapa, leyendas de mi tierra”, en la ciudad de Coquimbo. Este trabajo literario ha sido uno de sus mayores logros, ya que gracias a la gente, pudo llegar muy lejos. De acuerdo con el lanzamiento de este texto, el artista comenta que en ese tiempo, el Core, pedía que el 40% de los libros fueran para ellos y otro 20% se entregaba en colegios de la zona.  Además, gracias al éxito de este texto, Claudio tuvo la posibilidad de participar en una entrevista en el Museo Gabriela Mistral de La Serena. Fue así, como posteriormente le pidieron autorización para  poder ocupar algunos cuentos que estaban dentro de su libro, y así poder generar un audio libro. Respecto a esto, el escritor comenta que “el proyecto fue muy bonito, yo quedé muy contento y lo que más me gustó a  mí, fue que se difundieron muchos ejemplares. Yo mismo regalé muchas copias de ese libro a los colegios”. Fue así, como profesores de lenguaje de distintos establecimientos comenzaron a ocupar el texto como material didáctico, lo que provocó que tuviera una amplia difusión. Respecto al éxito que tuvo el libro “Choapa, leyendas de mi tierra”, Claudio comenta que hace años en la localidad de Illapel, una compañía teatral chilena llamada Patiperra, llegó a la zona para mostrar su trabajo escénico. Fue ahí cuando Claudio decidió regalarle uno de sus libros a la agrupación. Esto provocó que quince días más tarde, la compañía de teatro volviera a Illapel para pedirle autorización a Claudio y poder utilizar algunos de sus cuentos en sus obras teatrales. “Hicieron una obra que se llamaba Camilo y los mitos. Del libro sacaron como cinco leyendas y las llevaron a un espectáculo donde se representaba cada una con un títere”, comenta orgulloso. 

En ese sentido, el escritor considera que para lograr una mejor valoración artística dentro del país, hay que cambiar muchas cosas desde la base. Según Claudio, mientras en los gobiernos no intervengan los intelectuales y científicos, siempre existirá el mismo problema. “Ellos son los únicos que pueden dar una orientación real de lo que es el desarrollo de todo tipo, no sólo económico”.